domingo, 22 de febrero de 2015

CUANDO LA MISERIA ES CONTROLADA

He asistido estos últimos días de febrero con estupefacción a una de las acciones hipócritas de determinados controladores de la administración central del Estado español.

Llega un buen día a la parroquia de la que soy párroco, un funcionario atento y sonriente de parte del ministerio al que pertenece, vía delegación del Gobierno de España al que sirve.

No viene para una misa, ni a pedir ninguna partida de bautismo. Viene a inspeccionar el depósito del banco de alimentos que hay en la parroquia. Quiere saber el señor, qué hacemos con los alimentos provenientes de la Unión Europea. De esos.

Semanalmente uno grupo de voluntarios admirables reparten alimentos, aquí en Barcelona, en nuestros locales parroquiales, a unas 140 personas.



El trato exquisito del funcionario, y sus buenos modales, se tornan menos cordiales cuando requiere los datos personales de los receptores de los alimentos de la UE y le son denegados. Por cierto, sea dicho de paso, los alimentos que nos llegaban de la UE, como lentejas, garbanzos, alubias, envasados en bolsas de plástico. Quiero decir no pre-cocinados. Además de incontables latas de ravioli que en Francia han descartado para el  reparto a los necesitados que hacen ellos.

¿Por qué la responsable de los archivos personales de nuestro centro de reparto se niega a la entrega de los mismos al funcionario? Precisamente porque se acoge a la ley de protección de datos de España, una de las más meticulosas de Europa que intenta proteger a los ciudadanos.

Pasan unos días y se recibe un requerimiento escrito de que hay que entregar los datos de los receptores de los alimentos al ministerio que actúa vía delegación del gobierno. La responsable, una mujer que es asistente social, creyente, entregada a esa tarea con una dedicación admirable y con un prestigio reconocido por las instancias públicas, y de todos los que tenemos la suerte de conocerla, entrega los mencionados "papeles".


Y nuevamente, un comunicado de la autoridad para que tomemos nota: quedan ustedes fuera del programa de recepción de alimentos de la Unión Europea. Además no tenían ustedes expuesto el nuevo cartel del Gobierno de España, sino el antiguo. ¿Por qué? Demasiadas casualidades. ¿Causa, efecto? Me temo que este modo de proceder tiene un nombre.

Enterados. Sigan ustedes controlando y administrando la miseria. Nosotros continuaremos ofreciendo cuanto podamos a los que vengan, ah por cierto, remitidos, ficha en mano por los servicios sociales municipales.

GAR

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